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Espíritu Santo
Lección 3

La Santísima Trinidad


El misterio de la Santísima Trinidad consiste en que el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo son:

1.       Tres personas realmente distintas entre sí.
2.       Cada una de ellas es Dios.
3.       Solo hay un Dios.

Es necesario entender los siguientes términos:

PERSONA: es una substancia individual de naturaleza racional, definición de Boecio. En la Teología es equivalente a hipostasis espiritual; hipostasis, sinónimo de supuesto, es una substancia particular, no cualquiera, sino acabada, completa y subsistente en si misma que, al tratarse de sustancias inteligentes, se denomina persona.

NATURALEZA: es la esencia o substancia de un ser, es decir, lo que, una persona o cosa, sea lo que es y no otra cosa.

EN LA SAGRADA ESCRITURA APARECE LA SANTÍSIMA TRINIDAD:

  • EN EL ANTIGUO TESTAMENTO DE UNA FORMA INSINUADA.
  • EN LOS ESCRITOS DEL NUEVO TESTAMENTO CONSTA CLARAMENTE QUE EN DIOS HAY TRES PERSONAS DISTINTAS Y UNA SOLA NATURALEZA DIVINA.

EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Encontramos insinuaciones del misterio de la santísima Trinidad.

En el Antiguo Testamento se pone acento en la unidad de la naturaleza divina y en la unicidade Dios:

Escucha Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor. Dt 6,4.

Esto ante el politeísmo reinante en la humanidad.

Es decir, que el Dios del pueblo escogido, como depositario de la revelación divina sobrenatural no es el mejor de los dioses, sino el único.

La revelación de Dios fue progresiva, es decir se produce de una forma gradual y va acomodándose a la mentalidad y necesidades espirituales de los hombres de cada época, hasta culminar en el Nuevo Testamento. Esto es muy importante entenderlo para comprender porque  en el Antiguo Testamento se encuentra insinuada la revelación del misterio  de la vida íntima divina trinitaria.

El misterio de la Santísima Trinidad aparece en:

A.      Formulas plurales como en el libro del Génesis:

1,26: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.

3,22: He aquí a Adán hecho como uno de nosotros.

B.      Las profecías mesiánicas, en cuanto que se refieren a una Persona distinta de Dios Padre, Persona que ha de venir a la que se asigna el nombre de verdadero Dios:

Is 9,5: “El Gibbor” = Dios fuerte.

“Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy”.

C.      Los libros sapienciales, en los que, acerca de la Sabiduría divina, se dice:

Yo sali de la boca del Altísimo, Ecle 24,5.

Antes que los abismos fui engendrada yo, Prov 8,24.

EN EL NUEVO TESTAMENTO:

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres Personas realmente distintas entre sí.

DIOS PADRE:

En sentido Impropio:

Dios es padre de las criaturas en el orden natural (por creación, conservación y providencia):

¿No es el Señor tu Padre, el que te creo, el que te hizo y te fundo? Deut 32,6.

Porque yo soy para Israel un Padre, Jer 31,9.

Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial, Mt 5,48.

Dios es Padre en el orden sobrenatural, es decir, por la elevación del hombre al estado de gracia y a la Filiación adoptiva divina:

Pero todos los que recibieron  (al Verbo), les dio podre de hacerse hijos de Dios, Jn 1,12.

Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios; pues no recibiste un espíritu de esclavos…, antes bien, recibisteis un Espíritu de hijos adoptivos que nos hace  exclamar: ¡Abbá, Padre! El Espíritu mismo se una a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios, Rom, 8, 14-15.

Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallan bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva. La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo  que clama ¡Abba, Padre!, de modo que ya no eres escavo, sino hijo; y si  hijo, también heredero por voluntad  de Dios, Gal 4, 4-7.

Mirad que amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡los somos!, 1 Jn 3,1.

En Sentido Propio

Jesucristo considera a como Padre suyo en un sentido propio y exclusivo como se puede ver en los siguientes textos:

Y nadie conoce al hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelárselo, Mt 11,27.

Hemos visto su gloria (la del Hijo), gloria como de Unigénito del Padre, Jn 1,14.

El Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, ese nos lo ha dado a conocer, Jn 1,18.

Pues como el Padre tiene la vida en sí mismo, así dio también al hijo tener la vida en sí mismo, Jn 5,26.

Yo y el Padre somos una misma cosa, Jn 10,30.

Por eso los judíos buscaban con mas ahínco matarlo, porque llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios, Jn 5,18.

En este último texto queda de manifiesto que , no solo los discípulos, sino también los enemigos de Cristo percibieron con claridad que Jesús consideraba a Dios como Padre suyo en un sentido propio.
Medita los textos bíblicos principalmente y éste tema, y después de unos días puedes pasar a la siguiente lección 4.
 
 
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