Lección 9
EJERCICIO DE LAS VIRTUDES
TEOLOGALES
El Espíritu Santo es el Huésped del
alma, a nosotros nos corresponde vaciar el alma para que este Espíritu la
llene. "Pero si el Amor separa es para unir, si arranca es para plantar,
si vacía es para llenar, si pone en soledad al alma es para henchir con su
plenitud esa soledad inmensa. Los que se aman necesitan estar solos para
mirarse sin obstáculo, para amarse sin estorbo, para hablarse sin testigos,
para fundir sus corazones en el aislamiento magnifico en la purísima unidad del
amor"[1].
La comunión entre el
Espíritu y el alma se realiza por las virtudes Teologales. La intimidad con
Dios está por encima de todas las fuerzas creadas y requiere principios de
actividad sobrenaturales y divinos. Las virtudes teologales tocan a Dios porque
lo tienen por objeto propio. "La fe son los ojos que lo contemplan entre
sombras; la esperanza, son los brazos que lo tocan, triunfando del tiempo y
hundiéndose en la eternidad; y el corazón que lo ama, que se funde en inefable caricia
con el corazón del Amado es la caridad, amor creado hecho para imagen y
semejanza del Amor creado hecho para imagen y semejanza del Amor increado,
vinculo que une estrechamente al alma con el Espíritu Santo, esencia de
perfección y forma de todas las virtudes"[2].
A. FE: Es el fundamento de la devoción al
Espíritu Santo, es la que nos descubre siempre lo divino, nos hace mirar al
Huésped dulcísimo mismo entre las sombras. Es la primera y fundamental
comunicación con Dios[3].
Nos marca el rumbo cierto. "El justo vive de fe"[4].
San Juan de la Cruz recomienda tanto a las almas que aspiran a la unión con
Dios esta vida de fe como el camino recto y seguro para alcanzar la cumbre.
B. ESPERANZA: "Es una capacidad sobrenatural
para recibir al Espíritu Santo"[5]. Para
que la voluntad del hombre se ponga en intimo contacto con dios recibe las
virtudes de la esperanza y de la caridad. "Por la esperanza tendemos al
fin supremo de la vida, a la felicidad sobrenatural del cielo, que es
participación de la felicidad misma de Dios"[6].
Por la esperanza tendemos a Dios, sin incertidumbre, sino con la seguridad
inquebrantable de quien se apoya en Dios.
C. CARIDAD: El Espíritu Santo es el amor
infinito, lo esencial de la devoción a este Espíritu es el amor perfecto e
infinito que es la caridad. "La caridad es la imagen más perfecta del
Espíritu Santo y tiene con Él relaciones estrechísimas; cuando hay en un alma
la caridad, en ella vive el espíritu Santo y cuando este divino Espíritu se da
a un alma, derrama en ella la caridad"[7].
Si la verdadera devoción al Espíritu Santo es la posesión mutua de Él y el
alma, es claro que la caridad es el fondo de esta devoción. En las cumbres de
la vida espiritual el alma no hace otra cosa sino amar.
VIRTUDES TEOLOGALES
FE
Nos marca el rumbo cierto, nos hace vivir de luz.
ESPERANZA
Es una capacidad sobrenatural para recibir al
espíritu Santo. Da un apoyo increbrantable, nos hace vivir confiados.
CARIDAD
Es el amor entre el Espíritu Santo y el alma. Es
el reflejo de Dios, su imagen en el alma.
[1]
L. MARTINEZ, Devoción, p. 74.
[2]
Ídem, p. 77.
[3]
Cfr. MARTINEZ, Devoción, p. 80.
[4]
buscar en s.e.
[5]
MARTINEZ, Devoción, p. 83.
[6]
Ib., p. 80.
[7]
Ib., p. 85.