Esquema de la Lectura orante que
realizaremos:
1.
Invocación
al Espíritu Santo
2.
Entronización
de la Palabra de Dios
3.
Lectura de
la Palabra de Dios
4.
Meditación
de la Palabra
5.
Oramos con
la Palabra
6.
Coloquio de
lo Aprendido y orado
7.
Contemplamos
la Palabra
8.
Hacemos
compromisos
Lectio Divina
En el nombre del Padre y del hijo y del
Espíritu Santo
1. INVOCACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
Ven Espíritu
Santo, llena los corazones de tus fieles.
Y enciende
en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu
Espíritu y serán creadas todas las cosas.
Y renovarás
la faz de la tierra.
Oremos:
¡Oh, Dios,
que has instruido
los
corazones de tus fieles
con luz del
Espíritu Santo!,
concédenos
que sintamos rectamente
con el mismo
Espíritu
y gocemos
siempre de su divino consuelo.
Por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
CANTO
Ven, Oh
Santo Espíritu
Ven A
Nuestras Almas
Y del cielo
envíanos
Luz de Viva
gracia (2).
2. ENTRONIZACIÓN DE LA SAGRADA ESCRITURA
CANTO:
Tu Palabra
me da vida
Confió en ti
Señor
Tu Palabra
es eterna
En ella
esperare.
3. LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS
Del Salmo
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los
fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Lee nuevamente en silencio este salmo, y
luego lo cantaremos.
4 MEDITACIÓN
San
Agustín: SERMÓN 34
Se
nos ha exhortado a cantar al Señor un cántico nuevo. El hombre nuevo conoce el
cántico nuevo. Cantar es expresión de alegría y, si lo consideramos más
atentamente, es expresión de amor. Por tanto, quien sabe amar la vida nueva,
sabe cantar el cántico nuevo.
El
cántico nuevo se convierte en ocasión para encarecernos la vida nueva. Pues
todo pertenece al único reino:
Ø el
hombre nuevo,
Ø el
cántico nuevo,
Ø el
testamento nuevo.
En
consecuencia, el hombre nuevo cantará el cántico nuevo y pertenecerá al
testamento nuevo.
v No
existe nadie que no ame; pero hay que preguntar qué es lo que ama.
v Por
tanto, no se nos invita a no amar, sino a elegir lo que vamos a amar.
Pero
¿qué vamos a elegir, a no ser que antes seamos elegidos nosotros? De hecho, no
amamos si antes no somos amados.
Nosotros
amamos porque él nos amó antes.
Mucho
había dado al hombre, porque hablaba pensando en Dios cuando decía: Nosotros
amamos. ¿Quiénes? ¿A quién?:
v Los
hombres, a Dios;
v los
mortales, al inmortal;
v los
frágiles, al inmutable;
v la
hechura, al hacedor.
Oíd
claramente de boca del apóstol Pablo lo que nos dio para que le amáramos: El
amor de Dios -dice- se ha difundido en nuestros corazones. Por el Espíritu
Santo que se nos ha dado.
¡Oh,
hermanos, oh hijos, oh retoños católicos, oh semillas santas y sublimes, oh
regenerados en Cristo y nacidos de lo alto!
Escuchadme;
o mejor, a través de mí: ¡Cantad al Señor un cántico nuevo!
«Ya
lo canto» -dices-. Cantas; es cierto que cantas, lo oigo. Pero no aduzca la
vida un testimonio contra la lengua.
Cantad
con vuestras voces, cantad con los corazones, cantad con las bocas, cantad con
las costumbres: Cantad al Señor un cántico nuevo.
¿Buscáis
qué celebrar de aquel a quien amáis? Sin duda quieres celebrar cantando algo de
aquel a quien amas.
Buscas
sus alabanzas para cantarlas. Escuchasteis: Cantad al Señor un cántico nuevo.
¿Buscáis
alabanzas? Su alabanza está en la asamblea de los santos. Cuando se
alaba el canto, lo que se alaba es el cantor mismo.
¿Queréis
entonar alabanzas a Dios? Sed vosotros lo que decís. Sois su alabanza si vivís
bien. Su alabanza está no en las sinagogas de los judíos, ni en la locura de
los paganos, ni en los errores de los herejes; tampoco en los aplausos de los
teatros.
¿Buscáis, saber dónde está?
Pensad
en vosotros mismos; sedlo vosotros. Su alabanza en la asamblea de los santos.
¿Buscas
de qué alegrarte cuando cantas? Regocíjese Israel en quien lo hizo. No hallará
de qué alegrarse, sino de Dios.
Bien,
hermanos míos, interrogaos a vosotros mismos, examinad vuestros depósitos
interiores. Ved y mirad cuánta caridad tenéis; aumentad la que halléis. Poned
los ojos en ese tesoro para ser ricos interiormente.
Si
se dice que es más caro lo que tiene un precio mayor,
¿hay cosa más cara que la caridad misma, hermanos míos? ¿Cuál pensamos que es
su precio? ¿Dónde se encuentra este? El precio del trigo es tu moneda; el de
una finca, tu plata; el de una perla, tu oro; el precio de la caridad eres
tú.
Si
quieres poseer la caridad, búscate a ti y encuéntrate a ti mismo. ¿Temes darte
a ti mismo, porque temes consumirte? Lo verdadero es lo contrario: te pierdes
si no te das. La misma caridad habla por medio de la Sabiduría y te dice algo
para que no te asuste lo dicho: «Date a ti mismo».
Si
alguien quisiera venderte una finca te diría: «Dame tu oro». Y si otro quisiera
venderte otra cosa cualquiera: «Dame tu moneda, dame tu dinero». Escucha lo que
te dice la caridad por boca de la Sabiduría: Dame tu corazón, hijo. Dame
-dijo-. ¿Qué? Tu corazón.
Dame
tu corazón. Sea para mí y no se pierde para ti. Ve, pues, si quiso dejar algo
en ti, con lo que te ames incluso a ti, quien te dice: Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.
¿Qué
queda de tu corazón para que te ames a ti mismo? ¿Qué queda de tu alma? ¿Qué
queda de tu mente? Con todo -dijo-. Quien te
hizo te exige entero.
Canto:
Danos un corazón grande para amar
Danos un corazón fuerte para luchar.
RECOMENDACIONES
Ø Un mandamiento nuevo “el amor” y un cantico
nuevo, el de la Iglesia.
Ø Se coherente con tu fe y tus valores.
Ø Que tu vida sea congruente con tu fe y con lo
que cantas.
Ø Vive siempre la caridad.
Ø En tu familia, coro, ministerio, comunidad o
grupo, vive siempre en el amor y la caridad cristianas.
Ø No seas motivo de duda o escandalo para los
fieles que participan en la Iglesia.
Ø Sean servidores: ministros.
Ø Que sus cantos sean una profesión de fe.
Ø Que sus cantos tengan contenido bíblico,
teológico, doctrinal, histórico, litúrgico.
Ø Respeten siempre la liturgia
Ø Busquen acercar, convertir a los fieles.
Ø Que su música no confunda a los fieles.
Ø Nunca utilicen cantos contrarios a la
doctrina de la Iglesia, heterodoxos, no católicos.
5. ORACIÓN
Responde a Dios que te ha hablado por medio
de su Palabra.
6. COLOQUIO
Comparte con otros lo que Dios te ha dicho,
lo que has aprendido.
7. CONTEMPLAMOS LA PALABRA
De tarea ora, piensa y medita sobre la
Palabra de Dios y lo meditado en esta Lectio Divina.
8. HACEMOS COMPROMISOS
Para que la Palabra de Dios que ha sido
sembrada en ti, crezca y de fruto abundante en tu vida y en nuestra Iglesia por
medio de tu servicio, has los compromisos necesarios y esfuérzate por vivirlos.