Canto de Entrada - musica sagrada

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Canto de Entrada

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Canto de Entrada

47. Estando el pueblo reunido, cuando avanza el sacerdote con el diácono y con los ministros, se da comienzo al canto de entrada. La finalidad de este canto es abrir la celebración, promover la unión de quienes se están congregados e introducir su espíritu en el misterio del tiempo litúrgico o de la festividad, así como acompañar la procesión del sacerdote y los ministros.

48. Se canta, o alternándolo entre los cantores y el pueblo o, de igual manera, entre un cantor y el pueblo, o todo por el pueblo, o todo por los cantores. Se puede emplear, o bien la antífona con su salmo como se encuentra en el Graduale Romanum o en el Graduale simplex, o bien otro canto que convenga con la índole de la acción sagrada, del día o del tiempo litúrgico, cuyo texto haya sido aprobado por la Conferencia de los Obispos.

Si no hay canto de entrada, los fieles o algunos de ellos o un lector, leerán la antífona propuesta en el Misal, o si no el mismo sacerdote, quien también puede adaptarla a manera de monición inicial (cfr. n. 31).

Institución General del Misal Romano
 
 
Su finalidad, es abrir la celebración, fomentar la unión de los que se han reunido, elevar sus pensamientos a la contemplación  del misterio del tiempo litúrgico o de la fiesta y acompañar la procesión del sacerdote y los ministros. Se pueden ocupar cantos inspirados en los salmos, u otro canto que se acomode a la acción litúrgica según  lo que su finalidad pide, o de la índole del día o el tiempo que se celebra.

La Comunidad Cristiana, Pueblo de Dios se reúne en el Templo para celebrar la Cena del Señor Jesús. Esta alegría le hace tener a este momento un ambiente de fiesta y una parte de esta fiesta es el Canto, por eso, la Misa, Sacrificio del Señor, se inicia cantando.

Este "Canto de Entrada" congrega a la Comunidad y la "une en un solo corazón y una sola alma " (Hch. 4, 32), hace de los ahí reunidos, una familia Sacerdotal, Orante y Dialogante.

Esta familia en torno al Altar viene de lo ordinario de la vida, por lo tanto, el Canto de Entrada, rompe con la vida ordinaria y crea el ambiente necesario para platicar con nuestro Dios.

Por último este Canto debe acompañar la Procesión de la Comunidad que va al encuentro de su Señor, le da una Solemnidad al momento y embellece el Rito Inicial.

El Canto de Entrada prepara pues, la Celebración e inicia el diálogo santo. Por lo cual, la Fe de la Comunidad crece, y los pensamientos se elevan al Señor.

Ø El fin de este Canto es abrir la Celebración, fomentar la unión de quienes se han reunido y elevar sus pensamientos a la contemplación del Misterio del Tiempo Litúrgico o de la fiesta.
Ø Es necesario que este Canto:

·                    Acompañe la Procesión de Entrada del Presidente y sus Ministros; al llegar el Sacerdote a la Sede o al terminar la incensación del Altar, termina el Canto.
·                    Debe tener un sentido de caminar, de marcha, de éxodo, de manifestar la alegría de un Pueblo reunido para celebrar a su Señor.
·                    Tenga relación con el Tiempo Litúrgico o la Fiesta que se celebra.

Ø Lo ideal es que facilite la participación de todo el pueblo y promueva así su unión y que no se provoque el sentir que es un Canto exclusivo del Coro o del cantor al que la Asamblea siempre escucha.

Ø Puede emplearse para este Canto:

·                    La Antífona con su Salmo, como aparece en el Misal.
·                    O en su lugar otro Canto acomodado a la Acción Sagrada o a la índole del día o del tiempo, con un texto aprobado.

Ø Si no se canta a la entrada, los fieles o algunos de ellos o un lector recitará la Antífona que aparece en el Misal. Si esto no es posible, la recitará, al menos, el mismo Sacerdote.

Ø La "Marcha Nupcial" que suele tocarse en las Misas de Matrimonio, debe considerarse como un grave abuso, pues es una pieza de corte netamente pagano -forma parte de la Musicalización que hizo Mendelssohn de la Obra de Shakespeare intitulada "Sueño de una Noche de Verano"- y que desplaza sin razón al Canto y Procesión de Entrada. Por lo tanto, debe evitarse.

Ø Un  canto consistente, que tenga suficiente entidad y duración como para ir cohesionando a la asamblea; sin por otra parte, llegar a cansarla; un canto lo bastante largo como para que puedan tener los que lo cantan la sensación de estar haciendo algo juntos.

Ø Un canto lo suficientemente sencillo y conocido como para que pueda cantarlo la asamblea sin miedo y con entusiasmo.

Ø Un canto que dé el tono o el colorido litúrgico del misterio o del tiempo que se celebra; que revele desde el  comienzo su contenido. Si para un tiempo fuerte, o una celebración especial del año litúrgico la comunidad no conoce más que un canto, ese es el que se debe entonar como canto de entrada. Porque como se ha dicho uno de los cometidos del mismo es introducir en el sentido del tiempo litúrgico, o del misterio que se celebra.

QUIEN LO CANTA

Ø Es preferible que lo cante toda la asamblea.

Ø Puede intervenir el Coro alternando estrofas y estribillo con la Asamblea.

Ø Puede ser cantado por un Cantor y la Asamblea, alternando en forma de dialogo el estribillo y las estrofas.

Ø Puede haber ocasiones que se requiera un canto propio de la fiesta, solemnidad o tiempo litúrgico que se celebra y que la Asamblea no lo conozca, y por ello lo interprete solo el coro o cantor. En este caso cumple la función de introducir en el misterio litúrgico que se celebra y revelar desde el comienzo su sentido.

CUANDO INICIA Y CUANDO TERMINA

Ø Inicia cuando da comienzo la solemne procesión de entrada, o cuando el presidente de la Celebración hace su entrada ante la Asamblea.

Ø Termina cuando haya cumplido razonablemente su función. Que no sea demasiado corto ni demasiado largo ya que es un rito introductorio.

Ø Si hay procesión con incensación, el canto terminara cuando el presidente llegue a la Sede.

Ø Si no hay procesión se pueden cantar una o dos estrofas con el estribillo.

Ø Si es un tiempo litúrgico fuerte o la celebración de alguna solemnidad cuyo contenido convenga explicitar en el canto se pueden hacer un par de estrofas.

Ø Este canto no es necesario terminarlo cuando el celebrante llega a la sede, más bien  es recomendable que el celebrante también pueda cantar al llegar a la sede.

Ø No está prohibido iniciar el canto antes de que haga su salida y aparición ente la asamblea el presidente de la celebración, si la procesión es muy corta y por lo menos se prolonga hasta que llega a la sede.

Ø En el caso de que el que preside tenga que entonar el canto, para que pueda entonarlo también la asamblea, se recomienda que una vez llegado a la sede, haga la señal de la cruz, salude a la asamblea y entone el canto.
 
 
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