MÚSICA Y SERVICIO
El canto como servicio a la Iglesia
Función ministerial del coro
Formación de los ministros de la música
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91. La celebración eucarística es acción de Cristo y de la Iglesia, es decir, del pueblo santo congregado y ordenado bajo la autoridad del Obispo. Por esto, pertenece a todo el Cuerpo de la Iglesia, lo manifiesta y lo implica; pero a cada uno de los miembros de este Cuerpo recibe un influjo diverso según la diversidad de órdenes, ministerios y participación actual. De este modo el pueblo cristiano “linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido”, manifiesta su ordenación coherente y jerárquica. Que todos, por lo tanto, sean ministros ordenados o fieles laicos, al desempeñar su ministerio u oficio, hagan todo y sólo aquello que les corresponde.
MINISTERIOSDEL PUEBLO DE DIOS
95. En la celebración de la Misa, los fieles hacen presente la nación santa, el pueblo adquirido y el sacerdocio real, para dar gracias a Dios y para ofrecer la víctima inmaculada, no sólo por manos del sacerdote, sino juntamente con él, y para aprender a ofrecerse a sí mismos. Procuren, pues, manifestar esto por medio de un profundo sentido religioso y por la caridad hacia los hermanos que participan en la misma celebración.
Por lo cual, eviten toda apariencia de singularidad o de división, teniendo presente que tienen en el cielo un único Padre, y por esto, todos son hermanos entre sí.
96. Formen, pues, un solo cuerpo, al escuchar la Palabra de Dios, al participar en las oraciones y en el canto, y principalmente en la común oblación del sacrificio y en la común participación de la mesa del Señor. Esta unidad se hace hermosamente visible cuando los fieles observan comunitariamente los mismos gestos y posturas corporales.
97. No rehúsen los fieles servir con gozo al pueblo de Dios cuantas veces se les pida que desempeñen algún determinado ministerio u oficio en la celebración.
MINISTERIOS PECULIARES
103. Entre los fieles, los cantores o el coro ejercen un ministerio litúrgico propio, al cual corresponde cuidar de la debida ejecución de las partes que le corresponden, según los diversos géneros de cantos, y promover la activa participación de los fieles en el canto Lo que se dice de los cantores, vale también, observando lo que se debe observar, para los otros músicos, principalmente para el organista.
104. Es conveniente que haya un cantor o un maestro de coro para que dirija y sostenga el canto del pueblo. Más aún, cuando faltan los cantores, corresponde al cantor dirigir los diversos cantos, participando el pueblo en la parte que le corresponde.
INSTITUCIÓN GENERAL DEL MISAL ROMANO
EL CANTO COMO SERVICIO A LA IGLESIA
El canto, como hemos visto, es una parte importante de la celebración litúrgica, y sobre todo es un servicio a la Iglesia y a Dios. Esto bebe de ser una motivación para los encargados de este servicio, puesto que el canto es para Dios hay que hacerlo de la mejor manera. Algunos elementos que tenemos que tomar en cuenta para este servicio son los siguientes:
A. LOS CANTORES:
El coro o “capilla musical” o schola cantorum. Merece una especial atención. A él le pertenece asegurar la justa interpretación de las partes que le corresponden tomando en cuenta los géneros del canto así como promover la participación activa de los fieles. Estas debe de fomentar y promover especialmente en las Iglesias catedrales, las basílicas, los seminarios (MS n. 19). Donde no haya la posibilidad de tener este tipo de coros, téngase uno o dos cantores que puedan ejecutar algunos cantos sencillos, con la participación del pueblo. (MS n. 21) El grupo de cantores puede constar según la costumbre de cada País, ya sea de hombres y niños o de hombres solos o de niños solos, o de hombres y mujeres y donde sea verdaderamente conveniente solo de mujeres (MS n. 22). A los coros Juveniles hay que ayudarlos a que no se conviertan en un simple grupo musical, sin sentido cristiano. Hay que tener un especial cuidado, con los grupos de cantores y músicos contratados para algunas ceremonias, pues la mayoría de las veces no seleccionan los cantos con el criterio litúrgico, sino con el criterio de la moda y el gusto personal. (Cfr. OPMS n.25) Los coros deben de ser propiamente para este servicio, por esto bebe de evitarse, misas con: Mariachis, bandas, Marimbas o cualquier otro grupo que principalmente se dedique a la música profana.
B. LOS INSTRUMENTOS:
La finalidad del uso de instrumentos es la de apoyar el canto de la asamblea y facilitar la participación. El instrumento tradicional de la iglesia latina es el órgano de tubos, pues este puede aportar un esplendor notable a las ceremonias, y levantar poderosamente las almas hacia Dios y hacia las realidades celestiales. (MS n. 62) se puede aceptar el uso de otros instrumentos según las costumbres del lugar siempre y cuando convengan a la dignidad del templo y ayuden a la edificación de los fieles. Habrá que evitar los que estorben para crear un clima de oración o que provoquen distracción. (Cfr. OPMS n.30). no se excluya que en determinados momentos de la celebración estos puedan tocarse solos y acentuar así un ambiente de oración, siempre y cuando sean melodías propias para la liturgia y en los tiempos en los que se permite. El uso de medios electrónicos, como discos o cintas grabadas para suplir el canto del pueblo está totalmente excluido, pues este ministerio es vivo, estos se podrán usar antes de las celebraciones, para ambientar o para ensayar pero no para suplir el canto.(OPMS n. 35).
C. LOS LIBROS LITÚRGICOS DE CANTO:
El Gradual Romano se ha tenido en gran honor en las iglesias, por los admirables sentimientos de arte y piedad, por eso es importante que al menos en las iglesias mayores, que cuenten con Schola cantorum, se le de uso adecuado (GSi n. 2) y se recomienda que se use aun en las Iglesias menores el gradual simplex.
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312. Los cantores, teniendo en cuenta la disposición de cada iglesia, colóquense de tal manera que aparezca claramente su naturaleza, es decir, que ellos hacen parte de la comunidad congregada y que desempeñan un oficio peculiar; donde se haga más fácil el desempeño de su oficio y a cada uno de los cantores se les permita cómodamente la plena participación sacramental en la Misa.
313. Colóquense en un lugar apropiado el órgano y los demás instrumentos musicales legítimamente aprobados, para que puedan ser ayuda, tanto para los cantores, como para el pueblo que canta; y donde puedan ser cómodamente escuchados por todos cuando intervienen solos. Es conveniente que el órgano se bendiga según el rito descrito en el Ritual Romano, antes de destinarlo al uso litúrgico.
INSTITUCIÓN GENRAL DEL MISAL ROMANO
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Los cantores se situarán según la estructura de la iglesia de manera que:
a. Aparezca claramente su función, que son parte de la asamblea de los fieles.
b. La realización de su ministerio litúrgico sea más fácil
c. A todos los miembros , les resulte fácil la participación plena en la misa
FUNCION MINISTERIAL DEL CORO
"Promover la participación de los fieles en el canto". El ministerio de música es parte integrante de la asamblea y merece un reconocimiento especial, no es superior al resto de la asamblea está a su servicio.
A) SENTIDO MINISTERIAL.
El concepto de ministerialidad, parece haber recuperado su sentido original. En otros tiempos se concebía la función episcopal o presbiteral como una dignidad personal y casi absoluta; hoy, quienes realizan funciones sagradas no aparecen como participantes de grado superior, sino como ministros, a través de los cuales se logra la participación del pueblo, con cuyo servicio "el pueblo de Dios queda debidamente servido" (S.C. 29).
En cuanto a los cantores, "a ellos les corresponde en virtud del ministerio litúrgico que desempeñan, promover la participación de los fieles en el canto" (M.S. 19). El ministerio a coro debe tomar cada vez más conciencia del sentido que tiene su participación en la celebración están: al servicio de la asamblea. El canto de la asamblea ocupa el lugar principal. Al coro le corresponde:
- Enriquecer el canto del pueblo (solistas, polifonía, diálogo...)
- Crear espacios de descanso que fomenten la contemplación (silencio, instrumental...)
- Dar colorido a cada una de las celebraciones del año litúrgico (distinguir y resaltar las fiestas y solemnidades, así como los diversos tiempos litúrgicos).
- Animar el canto de la asamblea.
B) SERVIR Y NO DOMINAR.
Es conveniente resaltar la participación del ministerio de música (tener un lugar apropiado, pero que se note que son parte de la asamblea). La música cristiana o litúrgica no tiene razón en sí misma, ni su valor principal es sólo pedagógico o estético, sino que, es valiosa por razón de la celebración misma.
La música queda pues "relativizada", o mejor dicho ordenada en una escala de valores para un fin más sublime. Un canto es sagrado en la medida que sirva al espíritu de la celebración litúrgica (S.C. 112). La música no debe estorbar nunca la percepción de la Palabra de Dios, ni la voz del pueblo. Hay que saber utilizar la música apta para alabar, suplicar, proclamar, meditar, salmodiar, aclamar, dialogar, etc. utilizar las melodías, ritmos y arreglos armónicos adecua dos, de modo que la música no aparezca nunca en el papel protagónico.
FORMACIÓN DE LOS MINSITROS DE LA MÚSICA
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24. Además de la formación musical, se dará también a los miembros del coro una formación litúrgica y espiritual adecuada, de manera que, al desempeñar perfectamente su función religiosa, no aporten solamente más belleza a la acción sagrada y un excelente ejemplo a los fieles, sino que adquieran ellos mismos un verdadero fruto espiritual.
INSTRUCCIÓN "MUSICAM SACRAM" SOBRE LA MUSICA EN LA SAGRADA LITURGIA
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La preparación del ministerio de música o coro no sólo consiste en ensayar y aprender cantos nuevos. Estos ministerios requieren de formación y acompañamiento, especialmente en tres líneas fundamentales:
FORMACIÓN CRISTIANA: "Para que conozcan y amen más a Cristo y a la Iglesia, y su vida sea verdaderamente cristiana. Su ministerio no puede ser auténtico si no hay coherencia entre la fe y la vida diaria" (Orientaciones Pastorales sobre Música Sagrada. CEM. No. 24 a).
Esta puede realizarse a través de retiros, enseñanza programada, y sobre todo en la oración personal y en común de los miembros del ministerio y una vida sacramental estable.
FORMACIÓN LITÚRGICA: "Para que su aportación esté cada vez más a la altura de lo que pide su servicio a Dios y a la Comunidad, y así puedan ellos mismos celebrar y vivir su fe, y ayudar a los demás a que la celebren y la vivan" (Orientaciones Pastorales sobre Música Sagrada. CEM. No.24b).
Con el acompañamiento de algún sacerdote o una persona preparada en ésta área pueden estudiarse los documentos de la Iglesia relacionados con la Liturgia y la Música sacra, participar en cursos sobre el tema, investigación personal y comunitaria, etc.
FORMACIÓN TÉCNICA: "Puesto que la música sagrada es un arte, y por lo mismo tiene una disciplina, requiere de técnicas de la voz y de los instrumentos para que se exprese con auténtica belleza la fe que celebra" (Orientaciones Pastorales sobre Música Sagrada. CEM. No. 24c). Los elementos más importantes aquí son los estudios teóricos y prácticos, ensayos, vocalización, entre otros.
ENSAYOS: Estos son la clave en la preparación y la posterior ejecución de los cantos en las celebraciones litúrgicas y para qué estas se desarrollen con armonía y belleza. Por eso deben estar bien programados, saber con anticipación qué es lo que se va a ensayar, proporcionar material para todos los miembros, ensayo por secciones y ensamble, en lo anterior delegar responsabilidades.
Será muy importante también que se puedan tener ensayos con el pueblo, para ir formando un repertorio popular que favorezca la real participación de la comunidad en las celebraciones; ya que la ejecución de cantos nuevos dificulta dicha participación del pueblo.
DISCIPLINA: La formación recibida en las diferentes áreas mencionadas anteriormente se manifestará en la disciplina de los miembros del coro, concretamente en aspectos como: compromiso, puntualidad, estudio, presentación física, etc.
El comportamiento del coro y su atuendo debe mostrar el respeto debido a la casa de Dios y a la Asamblea congregada.
Hay que evitar el "exhibicionismo" o protagonismo o afán de imitar a los artistas y otros desórdenes, en las asambleas y en los locales donde se reúnen.