“La
música será más santa en tanto que se una íntimamente a la acción litúrgica que
se celebra” (SC n.112), así que los cantos para que sean de uso litúrgico y en
especial para la celebración de la sagrada Eucaristía tendrán observar algunas
características, que por la dignidad de la acción se requieren y que por ser
creada para la celebración del culto
divino, posee las cualidades de santidad y de perfección de las formas (Cfr. TS
n. 2). “No podemos decir que en la liturgia sirva cualquier canto. A este
respecto, se ha de evitar la fácil improvisación o la introducción de géneros
musicales no respetuosos del sentido de la liturgia. Como elemento litúrgico,
el canto debe estar en consonancia con la identidad propia de la celebración. Por consiguiente, todo —el texto, la
melodía, la ejecución— ha de corresponder al sentido del misterio celebrado, a
las partes del rito y a los tiempos litúrgicos” (SCa n. 42)
EL TEXTO: es lo más importante en la
música litúrgica expresa:
Ø La
Palabra de Dios cantada.
Ø La
Doctrina Católica hecha canto, (por ello no se pueden aceptar cantos no
católicos).
Ø Nuestra
oración cantada.
Ø La
música debe revestir de adecuadas melodías los textos litúrgicos propuestos.
Ø Melodía,
texto y rito deben estar unidos y deben tener coherencia, allí está el arte de
la celebración, conjugar arte y teología en la oración.
LA VOZ:
Dado el punto anterior la voz humana es lo mas importante en la liturgia, y los
instrumentos tienen una función de
acompañamiento, por tanto no deben sobresalir ni opacar la voz.
Ø La
voz debe ser clara, cuidada, con un mínimo de técnica para no gritar ni
presentar el texto de forma escandalosa.
Ø El
modelo del canto litúrgico es el canto gregoriano, ya que este reviste el
texto, y lo presenta de una forma solemne y bella. Nos enseña la Iglesia que es
el canto que mas eleva las almas a Dios.
Ø Siempre
debemos tener presente que con nuestra voz, ayudamos a que los fieles se
encuentren con Dios en la oración litúrgica y participen en la celebración.
Ø Los
instrumentos deben ser tocados con arte y técnica, para ello es importante
ensayar y prepararse. Hay que crear música y no ruido que interrumpa la oración
y el encuentro con Dios.
LOS INSTRUMENTOS: pueden ser usados en la liturgia, teniendo
en cuenta la aceptación popular y que sirvan realmente a la celebración sin
distraer de sus fines. Por ejemplo, si se utilizan tambores en la liturgia, de
tal forma que incitan a bailar, no motivan a la oración, distraen, sobresalen
sobre las voces, no permiten que se comprendan los textos, a la mitad de la
asamblea le parecen inadecuados para la Misa, etc. Lo mejor sería no usarlos, o
utilizarlos de manera mucho más discreta, de forma no ruidosa, solo como un
fondo rítmico muy suave.
INSPIRACION:
Ocupan el primer lugar en importancia los cantos inspirados en la Sagrada
Escritura, las fuentes patrísticas, y las fuentes litúrgicas. Así como respetar
siempre nuestra doctrina católica y no perder de vista que nuestra música es
oración, profunda y amplificada siempre al servicio de la liturgia.
Ø Utilizar
en los tiempos litúrgicos los cantos que se inspiran en los textos bíblicos
propios.
Ø Es
conveniente en la medida de lo posible, utilizar cantos inspirados en el
evangelio, por ejemplo los domingos.
Ø Los
cantos contienen la doctrina de nuestra Iglesia, en ellos encontramos nuestras
verdades de fe y son el reflejo de ellas.
Ø Por
ello es importante valorar el tesoro artístico y doctrinal que a lo largo de
los siglos se ha ido acumulando en la música católica. Razón también por la
cual no debe utilizarse música de grupos religiosos ajenos o contrarios a
nuestra Iglesia.
PARTICIPACION: La razón de ser de la música litúrgica es la
participación de los fieles:
Ø Lo
ideal utilizar cantos que sean tradicionales o conocidos por la comunidad.
Ø Se pueden
utilizar cantos nuevos, pero es recomendable ensayarlos con la comunidad, para
ello se pueden prever tiempos de ensayo y utilizar los cantos algunas semanas
para que la comunidad los aprenda y domine.
Ø Los
músicos deben de tener presente que son servidores de la liturgia, y no deben
cantar solo lo que les guste, sino apegarse a la liturgia.
Ø Los
músicos deben de participar de la liturgia, y no tener la actitud de dar un
concierto, donde los fieles son su auditorio que solo los contemplan en actitud
pasiva. El ideal de los ministros de la música es hacer que la comunidad
participe cantando.
LA NORMA PARA UN CANTO LITÚRGICO: es que sea compuesto para
la liturgia, es decir, para un momento propio de la liturgia (Procesión de
entrada. acto penitencial, Aclamaciones, procesiones,
etc,)
Ø Las
parodias están totalmente prohibidas, ya que han sido compuestas para otros
momentos y con intenciones diferentes. Evocan momentos de la vida, lugares y
épocas, que no es lo propio en la celebración. Es una falta de respeto a las
composiciones y compositores, si se tiene talento musical hay que utilizarlo
para crear cantos propios para la liturgia y no plagiarlos arbitrariamente.
EL MODELO:
Existe un modelo para la música litúrgica: el canto gregoriano es el acabado
modelo de música religiosa, pudiendo formularse con toda razón esta ley
general: Una composición religiosa
será más sagrada y litúrgica cuanto más se acerque en aire, inspiración y sabor
a la melodía gregoriana, y será tanto menos digna del templo cuanto diste más
de este modelo soberano (Tra Le Sollecitudini n. 3). Siempre tenemos
que buscar asemejarnos al modelo supremo de nuestra música, y no lo contrario,
cuando se toma como modelo algún artista o grupo musical, es decir, de
cualquier género de música no religiosa, se va alejando de la liturgia.
MUSICA NO CATOLICA: Evitar siempre cantos que no sean católicos.
La
música protestante o de alguna secta o grupo religioso, tiene doctrina
diferente, es decir, no católica (heterodoxa) su concepción de Jesús, su idea
de salvación son totalmente diferentes de las nuestras.
La liturgia pide que se observen bien el sentido y la
naturaleza propia de cada parte de la Eucaristía y de cada canto. Para
conseguir esto, es preciso, en primer lugar, que los textos que por sí mismos
requieren canto se canten efectivamente, empleando el género y la forma que
requiera su propio carácter. (Cfr. Instrucción "MUSICAM SACRAM"
sobre la música en la sagrada liturgia n. 6)
Es
triste escuchar expresiones que hacen referencia a que en el culto protestante
la música hace llorar y despierta muchas emociones, y por ello es mejor; hay
que tener claro que nuestra música no busca despertar emociones, sino dar
gloria a Dios y santificar a los fieles, nuestra música está al servicio de la
Liturgia y procura el bien espiritual; para nosotros lo emocional no es un
parámetro para valorar nuestra música. Hay música católica excelente, mas bien
no la conocemos, nuestro tesoro musical es de siglos, hunde sus raíces en el
canto griego y judío desde tiempos inmemorables, es precisamente en nuestra
Iglesia donde encontramos el desarrollo de la escritura musical, y de la
armonía.
LA MÚSICA LITÚRGICA: se desarrolla dentro del espacio celebrativo
ritual, unida a la acción litúrgica sacramental y expresa con mayor delicadeza
la oración y enriquece con mayor solemnidad los ritos sagrados, a diferencia de
aquella que ha sido compuesta para otros fines y que por tanto no es litúrgica.
No es un accesorio para embellecer, sino parte de la liturgia. Sierva de la
liturgia y noble ayuda para la misma.